Hoy, tratamos un tema relacionado con la televisión y la escuela. Me parece muy curiosa la relación que se establece entre estos término, ya que la televisión se podría decir que es uno de los primeros dispositivos con los que los niños toman contacto, a pesar de que a día de hoy, los smartphones y tabletas están muy de moda. Por ello, vamos a ponernos en contacto con el tema:
La televisión es un instrumento que permite la socialización y transmite formas de pensamiento y valores, entre los aspectos más característicos. Además, es considerada como instrumento con un alto poder e influencia. Con respecto a su evolución; esta aparece en torno a los años 50 causando una revolución en la que contaba con una única cadena, así las familias podían acceder a la información, al entretenimiento. También, se observó el alto potencial que tenía y se empezó a considerar el medio de comunicación del futuro. Años después, el número de cadenas en España aumentó a dos y fueron aumentando en número. Hoy en día, el número ha crecido en gran medida. (Sánchez, 1997)
Características de la televisión
Los medios televisivos se caracterizan por tener un carácter unidireccional, por el predominio de la imagen, que activa procesos mentales distintos a los que se activan en la lectura textual; y por una descontextualización de la información, una mercantilización. Además, la imagen tiende a ser más creíble que las palabras, para así llamar la atención del espectador, y entre las funciones destacan el entretenimiento, el desarrolo del proceso de la socialización y el fomento de su utilización en la enseñanza. (Sánchez, 1997)
La televisión y los niños
La televisión constituye la primera actividad de ocio de los niños, remplazando al juego, la lectura, el deporte… De hecho, actualmente, se considera la televisión como una “niñera electrónica” en la que los padres dejan a sus hijos sin responsabilizarse de su educación. (Sánchez, 1997)
En la sociedad de la información, la televisión transmite una cultura, conductas y comportamientos al ser atractiva y más en niños, que aprenden mediante la observación, la imitación y la experimentación. La imitación de comportamientos y conductas observadas en la televisión por parte de los niños se puede dar de una manera inconsciente, en la que estos aceptan o rechazan determinados comportan por visualizarlos en personajes de la televisión. (Sánchez, 1997)
Efectos de la televisión
En el nivel que más repercute es en el nivel social, unos de los efectos que podemos ver es por ejemplo, que en muchas ocasiones, la televisión establece los temas de conversación de las familias o en el grupo de iguales. No obstante, la elección de estos temas por parte de la televisión no es aleatorio, sino que son característicos de modelos y pautas culturales. (del Río, Álvarez, & del Río, 2004)
Hay algunos temas que presentan preocupación en torno a la televisión: la posible creación de antisocialidad, la visibilización de la agresividad, la despersonalización y otros muchos temas relacionados con la imagen de sí mismo en la imitación de modelos, etc. (Sánchez, 1997)
Además se observan otros efectos condicionamientos para el desarrollo de los infantes, estos son: el cansancio visual, la cefalea, dificultades de aprendizaje, irritabilidad y alteraciones tanto de la memoria como del sueño. La creatividad es un factor que se ve gravemente afectado cuando el niño ve la televisión, pues durante esas horas, no se está desarrollando como el niño lo solía hacer. (Digón, 2008). También, existen investigaciones que relacionan las horas pasadas frente al televisor con el rendimiento académico y esta es considerada de manera negativa, puesto que si el número de horas que se veía la televisión era mayor, menor era el rendimiento escolar en todas las asignaturas. Así mismo, se ha podido observar una relación entre problemas de adquisición del lenguaje y de la escritura con un exceso de televisión en edades tempranas. . (Badía et al., 2015)
Como ya comentaba al principio, la relación que existe entre la televisión y la escuela puede verse afectada por muchos tipos de factores. Estos pueden ser beneficiosos y por el contario, pueden ser perjudiciales. Como tenemos una perspectiva optimista, nos vamos a centrar únicamente en las positivas: desarrollar valores y habilidades positivas en las que se les estimula a los niños, se desarrollan valores de respeto, solidaridad, la familia, la amistad, hábitos saludables, las diferencias culturales, respeto por el medio ambiente. Esto fomenta la curiosidad de los niños, se interesan por temas concretos de los que en la mayoría de los casos quieren saber más del tema y aprender. Se incluyen la creatividad e imaginación por ofrecer oportunidades y posibilidades
Además, encontramos métodos de enseñanza intrínsecos en esta como son el juego, y las canciones entre los más destacadas. Hablamos de los programas en los que los niños aprenden inglés, números, letras, bailes, etc. Finalmente, destacamos una de las finalidades vitales de esta relación es divertirse y aprender mientras que están entretenidos.
No debemos olvidar ciertos aspectos para que los beneficios pasen a formar parte del lado negativo: es recomendable apagar la televisión durante las comidas familiar, ya que en este momento, prima la comunicación con las familias. y no la atención prestada hacia el dispositivo que hace que desconectemos todos. Otro aspecto se trata de la buena selección de programas para los niños, es un aspecto del que somos muy aventajados puesto que a día de hoy se pueden recurrir a varios canales por la gran oferta de programas, etc. El último aspecto que se tiene que hacer referencia es el del tiempo que se dedica a hacer su utilización. Hay que regular las horas puesto que pasar "horas muertas" delante de esta, reduce todos los aspectos positivo y se trasladan a ser negativos.
Información extraída de las siguientes referencias bibliográficas:
Badía, M. d., & al., e. (2015). Videojuegos, televisión y rendimiento académico en alumnos de primaria. Pixel-Bit. Revista de Medios y Educación(46), 25-38.
del Río, P., Álvarez, A., & del Río, M. (2004). Pigmalión. Informe sobre el impacto de la televisión en la infancia. Madrid: Fundación Infancia y Aprendizaje.
Digón, P. (2008). Programación infantil y TV sensacionalista: entretener, desinformar, deseducar. Revista Científica de Educomunicación, XVI(31), 65-76.
Sánchez, F. (1997). Televisión y educación: un desafío posible. Aula, 9, 139 – 161.